UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO (Fragmento)
¡El otoño ya!
¿Pero por qué añorar un eterno sol, si estamos empeñados en el descubrimiento
de la claridad divina, lejos de las gentes que mueren en las estaciones?
El otoño. Nuestra
barca, alzándose en las brumas inmóviles, gira hacia el puerto de la miseria,
la ciudad enorme con su cielo maculado de fuego y lodo. ¡Ah, los harapos
podridos, el pan empapado de lluvia, la embriaguez, los mil amores que me han
crucificado! ¡De modo que nunca ha de acabar esta reina voraz de millones de
almas y de cuerpos muertos y que serán juzgados! Yo me vuelvo a ver con la piel
roída por el fango y la peste, las axilas y los cabellos llenos de gusanos y
con gusanos más gruesos aún en el corazón, yacente entre desconocidos sin edad,
sin sentimiento... Hubiera podido morir allí... ¡Qué horrible evocación! Yo
detesto la miseria.
¡Y temo al
invierno porque es la estación de la comodidad!
A veces veo en el
cielo playas sin fin, cubiertas de blancas y gozosas naciones. Por encima de
mí, un gran navío de oro agita sus pabellones multicolores bajo las brisas
matinales. Yo he creado todas las fiestas, todos los triunfos, todos los
dramas. He tratado de inventar nuevas flores, nuevos astros, nuevas carnes,
nuevas lenguas. Yo he creído adquirir poderes sobrenaturales. ¡Pues bien!
¡Tengo que enterrar mi imaginación y mis recuerdos! ¡Una hermosa gloria de
artista y de narrador desvanecida!
¡Yo! ¡Yo que me
titulara ángel o mago, que me dispensé de toda moral, soy devuelto a la tierra,
con un deber que perseguir y la rugosa realidad para estrechar! ¡Campesino!
¿Estoy engañado?
¿Sería para mí la caridad hermana de la muerte?
En fin, pediré
perdón por haberme nutrido de mentira. Y vamos.
¡Pero ni una mano
amiga! ¿Y dónde conseguir socorro?
Arthur Rimbaud (De Una temporada en el infierno, 1873)
Jean Arthur Rimbaud (Charleville, 1854 - Marsella, 1891). Fue
uno de los más grandes poetas franceses. Mostró desde pequeño un gran talento
para la literatura. Muy joven se trasladó a París donde trabó amistad con
importantes poetas de la época, especialmente con Paul Verlaine con quien
sostuvo una complicada relación amorosa. De esta época datan sus obras
fundamentales, como "Una temporada en el infierno", escrita en 1873. Una
vida tormentosa y un carácter muy particular, lo llevan a decidir abandonar
para siempre la literatura a la prematura edad de veinte años, viajando por
Europa y luego dedicándose al comercio en el norte de África. Regresó a Francia
unos años después, con una herida en una de sus piernas que con el tiempo resultaría
mortal. Con sólo 37 años, falleció en Marsella en noviembre de 1891.
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