PALABRAS A UNA HIJA QUE NO TENGO
Entornaré tus ojos si prometes soñarme.
Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.
Cuando aprendas a hablar, dame mi nombre;
diciéndome papá habrás hecho bastante.
En invierno no abrigues demasiado
tu cuerpo de princesa, más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.
Acepta golosinas de los desconocidos
(no está el mundo como para negarse)
pero apréndete esto en cuanto puedas:
más frecuente es lo amargo, que te ignoren,
y no los caramelos.
Te enseñaré a leer fuera del aula
y llegada la hora quiero que escribas «mar»
sobre los azulejos del pasillo.
Cuando cruces por fin la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días para siempre.
No creas que en el fondo no soy un optimista:
de lo contrario tú no estarías ahí
cuidando que te cuide como debo.
Como ves, desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora.
Existe la alegría, pero duele;
tendrás que conseguirla.
Y cuando la consigas tendrás miedo.
Andrés Neuman (De El tobogán, 2002)
Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977). Hijo de
músicos argentinos emigrados, terminó de criarse en Granada, en cuya
universidad se licenció en Filología Hispánica y en la que fue profesor de
Literatura Hispanoamericana. Desde muy joven ha publicado novelas, poemarios y libros
de cuentos y relatos. Ha obtenido el Premio Nacional de la Crítica, el Premio
Alfaguara y el Premio Hiperión; y su obra ha sido traducida a dieciocho
idiomas. Escribe en el suplemento cultural del diario ABC, en la revista Ñ y en
su blog personal, Microrréplicas.
Hermoso, poema, gran escritor!
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